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julio 29, 2014
Lo que Steve Jobs puede enseñarle sobre superar la falta de recursos de su negocio
Justo antes de que Steve Jobs dejara su cargo de director general en agosto de 2011, Apple se convirtió en la compañía más valiosa del mundo.
Job era un emprendedor brillante y creativo. Su ávido deseo de crear una sólida empresa que cambiara al mundo combinado con su búsqueda implacable de la perfección le permitió, de hecho, dejar “su huella en el universo”. Jobs revolucionó seis industrias: computadoras personales, películas animadas, música, teléfonos, tabletas/aplicaciones y publicidad digital. Sin Steve, el mundo hubiera sido un lugar muy diferente.
Entonces, ¿qué tiene que ver el fundador de una revolucionaria corporación global de miles de millones de dólares con su pequeño y no tan icónico negocio? ¿Qué podría enseñarse sobre conservar los recursos?
De hecho, bastante. No olvidemos que todos los emprendedores deben comenzar en algún lugar y, para Jobs, ese lugar fue el garaje de sus padres en Palo Alto. Parece casi ridículo ahora (o quizá destinado a ser así), pero Apple nació con un capital de trabajo de $1,300, el diseño para un tablero de circuitos impresos y un plan. La manejaban dos desertores de la universidad, uno de pelo largo, tipo hippie de pies descalzos, y el otro un ingenuo encantador, pero socialmente torpe.
Los dos de nombre Steve (Jobs y Wozniak) comenzaron desde el garaje desde cero, además. De ellos se puede aprender cómo ser trabajador e ingenioso, aprovechando lo máximo del tiempo, la tecnología y el personal. Usted no tiene acceso a los mismos recursos como los que tiene un gigante corporativo como Apple, ¡pero ya no tiene que sentirse como si le faltaran!
Simplemente siga estos pasos:
1. Reúna al mejor recurso humano. Exíjales que den lo mejor.
Al inicio, todo lo que tenía Jobs era a Woz. Y con eso fue suficiente. Jobs se hizo el hábito de rodearse con la crema y nata, o como los apodaba él, jugadores de categoría A+, en todo el transcurso de su carrera. Él exigía lo imposible y sus empleados de alta categoría usualmente se lo daban gracias a algo que a ellos les gustaba llamar su “campo de distorsión de la realidad”. Jobs tenía una capacidad fascinante de moldear la realidad a su voluntad. Usaba una confusa pócima de encanto, fuerza de voluntad y la plena convicción de que las reglas del universo no se aplicaban a él para inspirar a su gente. Ellos no podían evitar creer en su visión... y hacerla realidad.
Fue el campo de distorsión de la realidad el que obligó a Woz a diseñar el juego Breakout de Atari en cuatro días, una hazaña deslumbrante que debería haber demorado meses. Fue el campo de distorsión de la realidad el que empujó al equipo original de Macintosh a replantearse las computadoras personales, cambiando el curso de la historia.
La lección en este sentido es que un solo empleado excepcional vale más que 10 mediocres. Recorte sus costos de nómina al elevar su proceso de contratación. No le aportará mucho saber lo que sus posibles empleados han hecho en el pasado; lo que necesita poner a prueba, más bien, es la capacidad que tengan de hacer el trabajo que exige el puesto. Por ejemplo, si está contratando para un puesto de ventas, pídale al candidato que simule una llamada de ventas. Si está contratando a un redactor creativo, pídale a la persona que escriba una publicación de blog sobre un tema relevante.
Una vez que tenga armado su equipo, dele abundante inspiración extrínseca para lograr la excelencia. Esta puede venir en forma de elogios, ascensos o trabajo significativo.
2. Enfóquese.
Jobs era un virtuoso de la capacidad de enfoque. Cuando finalmente regresó a una Apple que trastabillaba después de haber sido despedido años antes, él la rescató del borde de la bancarrota. Entrenó primero su concentración de rayo láser en la línea de productos Apple. Les pidió a los numerosos equipos asignados productos que presentaran su trabajo y justificaran que sus proyectos siguieran adelante.
La revisión reveló una estrategia confusa y varias versiones de docenas de productos. Después de varias semanas de esta necedad, Steve había tenido suficiente. Empezó a recortar proyectos y personas sin misericordia. Después dibujó una cuadrícula en un pizarrón, recortando justo en el centro del problema. Rotuló un eje como Consumidor y Pro, y el otro como PC de escritorio y Portátil. “Su trabajo es hacer cuatro productos excelentes, uno para cada cuadrante”, dijo él. La sencillez era el mantra por el que se regía Steve.
Usted no tiene que ser tan radical como Jobs, pero debería revisar frecuentemente sus productos, procesos y herramientas, e identificar esas áreas superfluas que le obstruyen la productividad y drenan sus recursos. ¡Recorte el exceso y simplifique el resto!
3. Trabaje con lo que tiene.
El césped siempre es más verde en el patio del vecino. Si usted simplemente tuviera los mismos ingresos, el mismo personal, los mismos socios comerciales, la misma tecnología innovadora, podría lograr el mismo éxito (o mejor), ¿cierto? Pero no tiene todo eso. Así que podría también trabajar con lo que tiene. Jobs se rehusó a dejar que los recursos limitados le obstruyeran el camino. Regresando a ese garaje en Palo Alto, él usaba todo lo que tuviera a su disposición para surtir el primer pedido de tableros Apple I: sus amigos y su hermana embarazada para el ensamblaje, el garaje y la mesa de cocina de sus padres para espacio de trabajo, el televisor de la casa para probar los tableros. Para hacer que Apple pareciera más profesional, contrató un servicio de contestadora, que transmitía los mensajes a su madre.
También aprovechó sus relaciones existentes (algunas hasta el punto de la manipulación). Persuadió a una serie de personas, como John Scully, presidente de Pepsi, que dejara los puestos que ocupaban entonces para unirse a Apple. Cuando regresó a la compañía después del tiempo que estuvo fuera, hizo un trato, increíblemente, con su “archienemigo” Bill Gates para que invirtiera en Apple, y resolvió los numerosos problemas de derechos de autor y de patentes por los que habían estado en guerra durante una década.
Así como el servicio de contestadora de Jobs, hay un sinnúmero de herramientas en línea gratis/de bajo costo que pueden usar los propietarios de negocios en lugar de alternativas tradicionales que son costosas. Google Analytics, Drop Box, Wordpress, MailChimp, Go Daddy, plataformas de redes sociales, Hootsuite y Uber pueden ayudar a reducir costos.
Debería llevarse una página del libro de Jobs y practicar el arte de la persuasión. Muéstreles a sus empleados, accionistas, socios comerciales y clientes por qué deben convencerse de la misión de su compañía.
4. Piense diferente.
“Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que realmente lo hacen”.
A Jobs lo llamaron loco una y otra vez: por intentar crear una computadora para las masas con una interfaz gráfica, ventanas superpuestas y un mouse; por creer en una experiencia del usuario completamente integrada de principio a fin. Él desafió la sensatez convencional de esa época y rehusó conceder el software Apple con autorización. Lo llamaron loco por asociar su marca con los gustos de Einstein, Gandhi y John Lennon en la campaña “Piensa diferente”. Pero Jobs creía que sabía qué era lo mejor y se abrió paso con determinación por puro instinto.
Todo propietario de negocio necesita un poquito de esta loca convicción, de este instinto puro, de esta bravuconería para hacer prosperar su negocio. Que no le dé pena pensar diferente; trate algo nuevo, encuentre inspiración en lugares improbables.
Jobs diseñó el cable de potencia Mag-Safe después de que vio las ollas arroceras en China que empleaban un cable que se desconectaba automáticamente si se estiraba. De esa manera, si una persona se tropezaba en el cable, el arroz no terminaría tirado por toda la cocina. Tomó esta idea y la replanteó para la computadora.
Jobs creía que era un rebelde, un agitador, un inadaptado. Él cambió cosas. Impulsó el avance de la raza humana.
¿Qué hará hoy usted?
Para obtener más información sobre Steve Jobs, vea “Steve Jobs”, la biografía escrita por Walter Isaacson.
*Esta es la entrega final de "Salvaguardar su empresa", una serie que lo forma sobre cómo dejar de defenderse de las amenazas comerciales externas. Lo ayudará a ponerse en una posición ofensiva, donde puede comenzar a pensar estratégicamente sobre su negocio. Si se perdió el artículo anterior, puede encontrarlo aquí.